lunes, 8 de abril de 2013

Calidad en la autoedición de ebooks


¿Hay menos calidad en la autoedición electrónica? Sí y no. Todo depende del autor, de lo comprometido que esté con su obra y del respeto que sienta hacia los lectores. A veces, incluso hacia si mismo.


La calidad final de un producto es la suma de la calidad de sus partes (la portada, la expresión, la gramática, el ritmo, el contenido mismo, etc.), cuya relevancia varía en función del género de la obra.

De manera genérica, en el mundo digital ocurre algo que está presente en el físico, en nuestro día a día. Y es que cuando se trata de información o de un producto consumible por tiempo limitado, la calidad puede ser un concepto abstracto. Todo depende de lo que queramos, de lo que busquemos, de nuestro nivel de exigencia, de nuestro interés. Y a veces somos conformistas. Incluso contradictorios. Nos quejamos de un mal producto pero no opinamos sobre el bueno. O viceversa. Todo depende del día.

Algun@s dicen que la calidad de un e-book pasa por la intermediación de un corrector y/o editor profesional, pero eso no es aceptable en el 100 % de los casos. No. Vale que eso de corregirse a un@ mism@ es un arma de doble filo, o que difícilmente dominaremos todos los campos. Pero puede hacerse. Sí. No debe confundirse la calidad en la confección con el éxito en la distribución.

Es cierto que hay una cuestión insalvable: cuando la autoedición es sinónimo de fraude, cuando el autor o la autora es un fraude, cuando su intención no es aportar algo propio y enriquecedor sino empaquetar un refrito para colárselo al primero o la primera que pase, copiando y pegando de la wikipedia, de reputados manuales o de los apuntes de clase propios o ajenos. Ese tipo de personajes puede denominarse de muchas formas (caso de deshonest@ o inmoral), pero en el fondo, en el ámbito electrónico, por desgracia, no es nada nuevo.

Es algo que reflejan miles de blogs y sus cientos de bloguer@s. Ahí se encuentra el verdadero peligro: empezar por compartir ideas ajenas de forma gratuita sin mencionar la fuente, y acabar maquetándolas para venderlas bajo tu propio nombre. O, lo que sería el colmo, hacerlo bajo seudónimo si se es consciente de estar cometiendo un delito.

Esto es difícil que pase en el ámbito editorial, donde las editoriales, de manera directa o indirecta, evitan que pueda ocurrir. En la red hay demasiado margen para que el pervertido la pervierta. Cada individuo tiene la oportunidad de partir de cero, de demostrar que los ciudadanos podemos hacerlo bien, y en cambio abundan los ejemplos de irresponsabilidad.

¿Qué efectos puede tener esa práctica en el futuro? Se me ocurre que dentro de poco quizás tengamos que comprar un ISBN de manera forzosa, que ya no sirva el código propio de la plataforma que actúa como intermediaria en la autoedición.

¿Qué opinas tú?

1 comentario:

  1. Un libro electrónico es igual de bueno que uno en papel, ya que el medio no altera lo bueno o malo que pueda llegar a ser dicha obra.

    Lo unico como bien dices, que puede haber mucho más plagio al poder hacerse más obras.

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